Por Juan Diego Castro Fernández
El tres de mayo del 2023, a las veintiuna horas, ese canal Quince-UCR que usted dirige, divulgó el primer programa de tres anunciados -sesgado, insolente y de profundo contenido politiquero a favor del Frente Amplio y del PAC- titulados “La prensa a juicio.”
En el mentado espacio panfletario y de muy mal gusto, exponen las tergiversadas implicaciones de la condena judicial contra Marlon Mora Jiménez – mi difamador delictivo-, basados en una malentendida libertad de expresión y su apéndice la libertad de prensa.
Ese triple programa que fue producido y divulgado con fondos públicos, anticipadamente expone un juicio de valor sobre una sentencia judicial de un caso en proceso, al considerar que la misma violentó el derecho a la libertad de expresión.
El canal universitario que usted dirige, convocó solamente en esta primera parte al exministro PAC Mauricio Herrera, a la periodista de la radia universitaria Hulda Miranda y al mismo condenado por difamación, Mora Jiménez, figuran el primero como moderador parcial, después de haber asistido a todas las audiencias del juicio y de apoyar sin ambages a Marlon. De esta forma, como en las conferencias prensa del expresidente Solís y al mejor estilo del ministro de los aguacates, no ningún espacio de discusión y crítica respecto al tema, fue un pasquín donde usted permitió que solo fuera presentada una versión de los hechos, incorrecta y parcializada, para engañar a la audiencia de ese medio, costeado por los contribuyentes.
Al arranque programa, usted Iván Porras, director del canal, declaró cínicamente que los contenidos de ese panfleto del Frente Amplio, presentarían la confrontación de ideas y la representación de múltiples voces, además de un compromiso de crear televisión respetuosa de la libertad de expresión y del derecho a la información. ¡Mentiras descaradas!
Su ridícula advertencia es una burla para el intelecto y la dignidad de la esmirriada audiencia de ese programa, que sólo se presentó la versión de una de las partes, del condenado Mora y sus resentidos amigos. Sólo usted, podrá saber cómo hay confrontación de ideas entre contertulios que son de las ralea política e ideológica. Otra vez más, la programación del Canal Quince-UCR es irrespetuosa de la administración de justicia y del derecho al honor, invocando la libertad de expresión como inmerecido derecho del difamador.
Siempre con el afán de engañar a los pocos televidentes, avanzado el programa, menciona el recurso que permitió continuar con el pleito, pero esconden las razones por las que los jueces acogieron la apelación.
En esa línea desinformativa, el embajador Herrera le consultó a Marlon sobre ¿qué ha supuesto a nivel familiar la condena?, cuestión Mora debió haberse planteado al permitir que en ese inverecundo canal divulgará, dos veces, más de diez difamaciones en mi contra.
Después, el inefable doctor, máster, máster Mora Jiménez, espetó declara era de su conocimiento el día anterior del juicio, que la otra acusada Claudia Campos, había decidido conciliar con sólo disculparse, pero, aupado por Herrara -que lo quiere hacer famoso en la CIDH-, tomó la decisión de seguir adelante.
En esa amañada entrevista, Marlon declaró que no era culpable, ya que nunca dijo nada. Sigue sin entender la responsabilidad penal derivada de la acción por omisión y lo dispuesto por artículo 23 de la Ley de Radios, que señala a los directores de medios son responsables civil y penalmente de lo que se públique o diga en el medio que dirija.
A esto hay que agregarle las declaraciones de mi iterada enemiga, Hulda Miranda – a quien perdoné en un proceso penal contra ella- que se atrevió a sostener sin ningún fundamento que “el caso de Marlon no era en defensa de mi derecho al honor, sino buscando callar a la prensa”. ¡Mentira y charlatanería politiquera! Atrabiliaria y falsa aseveración que oculta los daños sufridos por la persecución y acoso durante un quinquenio de tortura y canalladas mediáticas, desde la Universidad de Costa Rica.
Lo paradójico, es que la periodista de Interferencia UCR, después sostiene que producto de la sentencia condenatoria contra su amigo, “ahora piensa más al publicar una nota”… lo que implica un ejercicio más serio y riguroso de la profesión que debería darse siempre al ejercer el periodismo.
Resulta inaudito y una aguacatada mediática, que el moderador, olvida la definición de la Real Academia Española sobre el rol que desempeñó: “Persona que preside y dirige un debate, una reunión, una mesa redonda” Emite un descabellado juicio de valor afirmar que “la libertad de expresión y la democracia en Costa Rica, están en peligro producto de la sentencia”. Aseveración peligrosa y sin sustento alguno, frente a la claridad del fallo que los coloca cerca de la plañidera, que amparó mi derecho al honor, consagrado en nuestra Constitución Política y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Otra antojadiza salida, que compartieron Marlon y Hulda, es que la aberrante tesis de que quien aspire a un puesto de elección popular debe renunciar a defender su derecho al honor. ¡Totalmente desquiciados!
Absurdo comentario basado en la ignorancia y el pensamiento erróneo de que los aspirantes o representantes del Estado, deben tolerar comentarios ofensivos y denigrantes, sin ningún tipo de criticidad, como pretendía el estúpido proyecto de ley del Frente Amplio, Villalta y una jueza simpatizante empedernida de ese partido que le ofreció una magistratura,
Solo Mora y Miranda desconocen que ninguna persona que los posea, podría renunciarlos, según ordenan los artículos 27.1 y 27.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos y el articulo 74 de la Constitución Política.
La salida del mentado panfleto televiso, fue de lechería. Huida y Marlon, pregonaron a todo galillo, que la sentencia no se sostiene, a pesar de que la misma comprende todo un recorrido técnico y analítico de fallos emitidos por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, la Sala Constitucional y el Tribunal Constitucional Español.
Marlon, el condenado que apeló, también mencionó que sus pruebas y testigos no fueron tomados en cuenta, cuando en la propia sentencia se mencionan las declaraciones de los testigos -hasta el de última hora- que ofreció su defensora, Federico Blanco, quién indicó que en una ocasión Marlon como director del canal, no permitió unas declaraciones en el programa del Frente Amplio, sobre el finado Luis Alberto Monge, por lo que es claro que sí era consciente del riesgo de publicar información difamatoria.