Cuáles aprendices de brujo, los de la mayoría de la cuarta sala.
Con soberbia desbordada y atenidos a que sus fallos (fallidos) son inapelables, consumaron el delito de prevaricato. Fallaron contra el derecho y contra los hechos. Como hasta ahora son intocables y controlan la fiscalía, se carcajean de su gracia.
Algunos dicen que despertamos, otros piensan que nos cansamos de los ambiciosos y de los hipócritas y muchos sostenemos que estamos aprendiendo a ser libres y nunca más siervos menguados.
Aún, las 3 legislaturas “presididas” por Arias no superan la del 95/96 que encabezó el “tico lindo”… el despilfarro, la charlatanería y la película “Somos Ángeles”.